Casa de Oración - Nivel 2

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Serás entrenado en manifestar y establecer ambientes de adoración e intercesión que responden al deseo de Dios de tener comunión con la humanidad mientras somos transformados por la revelación de su gloria.

Toda la historia de Dios puede ser comprendida en una sola palabra: COMUNIÓN. El Padre, aunque perfecto y eterno, decidió compartir su gloria con nosotros y anhela que en nuestro corazón haya un amor ferviente que anhele tener comunión con Él.

En los últimos tiempos veremos como en muchos este deseo crece pero en otros se desvanece (Mateo 24:10-14). Sin embargo, “muchos” no son “todos”. Por eso, adoramos conectándonos con la intercesión de nuestro hermano mayor Jesucristo, al mismo tiempo que manifestamos en la tierra como lo es en el cielo y clamamos por el derramar del Espíritu Santo sobre toda carne como está profetizado:

“»Y sucederá que después de esto, Derramaré Mi Espíritu sobre toda carne; Y sus hijos y sus hijas profetizarán, Sus ancianos soñarán sueños, Sus jóvenes verán visiones. Y aun sobre los siervos y las siervas Derramaré Mi Espíritu en esos días. Haré prodigios en el cielo y en la tierra: Sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, grande y terrible. Y todo aquel que invoque el nombre del Señor Será salvo; Porque en el monte Sión y en Jerusalén Habrá salvación, Como ha dicho el Señor, Y entre los sobrevivientes estarán los que el Señor llame.”

Joel 2:28–32 NBLA

Si alguna vez te has preguntado, ¿por qué adorar? ¿por qué interceder en oración? Creemos que la respuesta sigue y seguirá siendo la misma por toda la eternidad: Cristo es digno de ser alabado por siempre. El es Digno de recibir toda la gloria (Apocalipsis 5:12) El es el mas hermoso (Salmos 45:2) y nada estará completamente terminado hasta que Él no esté reinando visiblemente y físicamente sobre esta tierra. Por eso desde lo más profundo clamamos ¡MARANATA!, ven Señor Jesús.